La plaza Sotomayor
sobrevive al tráfico y los autos sobreviven a los trolebuses que la atraviesan, esquivándolos, junto al
Hotel Victoria (1902), el edificio de Intendencia (1910), el Tribunal de
Justicia (1939) y, en un rincón, empotrado entre edificios, el pasillo de
entrada al ascensor El Peral (1901),
que conecta la plaza de Justica con Cerro Alegre. Este ascensor, por cierto,
fue el primero de la ciudad en contar con un motor de vapor.
Cerro Alegre es un barrio que creció gracias a inmigrantes europeos,
ingleses principalmente. Ofrece unas vistas espectaculares sobre la bahía,
desde el balcón ajardinado y semicircular del llamado Paseo Yugoeslavo, donde
se halla el Palacio Baburizza, hoy Museo de Bellas Artes.
El nombre del palacio
se debe a su antiguo propietario, un croata enriquecido gracias al negocio del
salitre y que adquirió este capricho art decó con referencias visibles a su
patria chica y para quien el paseo yugoeslavo se convirtió en terraza privada.