Todo comenzó
como una especie de reto tras la lectura del libro de Javier Reverte, El
sueño de África, y ante la tesitura de si tres amigos –desde ahora
Bagamoyo, Imba y Rafiki– seríamos capaces
de emprender un viaje de este tipo, un poco a nuestro aire, sin que surgieran
problemas entre nosotros. Así llegamos a julio de 2002 y, desde Nairobi, hasta
Tanzania, donde transcurre nuestra aventura.
Estamos en Arusha,
adonde hemos llegado por carretera desde la capital de Kenia. El paso fronterizo
daría para una nueva narración, pero no es este el momento. “Arusha –escribe
Javier Reverte– es un pueblo alargado con centro formado por una geometría de
calles trazadas a cordel. Es una ciudad de paso, la capital de los safaris del
norte de Tanzania”.