Una
chica se acerca, nos deja una carta y nos pregunta qué deseamos para desayunar.
Le pedimos omelette, french toats, zumo de mango y café con leche. Nos dice que
el café y el té son free, pero que la
leche hay que pagarla aparte. Nos deja asombrados, pero insistimos en que
queremos café con leche.
Como
tardan en servirnos, aprovecho para salir a la calle y respirar el aire del
entorno. Lo cual es contraproducente porque hay un ir y venir de vehículos,
muchos de los cuales hacen tiempo que no pasaron una revisión, que
contaminan bastante en un ambiente algo
fresco para ser África. Pero no debemos olvidar que Addis Abeba es la tercera
capital de un estado en cuanto a altitud sobre el nivel del mar. Estamos a 2400
metros.
Por
fin, aparece el ansiado desayuno que tomamos con gusto. Hacemos tiempo para que
llegue Sandra, entre otras cosas porque debe pagar el desayuno cuya factura nos
ha pasado el “contable” y no tenemos ni un birr,
la moneda local de la que se dan más o menos 30 unidades por un euro. Finalmente, aparece Sandra